Hace cuatro días se hizo un año,
un año de haber huído...
De esa escapatoria quedan varios recuentos,
para empezar son trescientos sesenta y cinco días,
doce meses, ¿cuántos ciclos lunares?
Un solsticio de invierno y otro de verano, dos primaveras,
un verano, un otoño y otro invierno...
Amigos contigo, amigos conmigo, solos y separados,
a veces los intercambiamos, me los prestas un rato,
te los devuelvo un poco desquiciados y alcoholizados...
Haces lo propio, todo un año...
un año de horas y minutos descarriados,
solitarios, abandonados de nosotros,
llenos de aquello que rompí de tan mala gana...
Un año esclavizado a mi libertad,
extrañándote de vez en cuando,
tal vez no como te mereces,
soñándote, pensándote, añorándote,
víctima de mis propios actos,
pretendiendo hablar contigo,
hablando solo, sin ti...
Un año entero escribiéndote,
sin valor para acercarme y disculparme,
pues aún hay cosas poco claras,
un año con la mente hecha un desastre...
Hace cuatro días se hizo un año,
trescientos sesenta y nueve días,
huyendo, corriendo, olvidando,
escondiéndome, arruinándote,
aún con impulsos irrefrenables,
arrojado a caminos autodestructivos,
lejos de ti, por idiota, por cobarde,
por querer ser libre, libre de mí,
de todos, de nadie, por loco, por nada,
un año entero, muerto de miedo,
aún sin saber cómo disculparme...
Erik S.G.P.
-27-IV-'08-
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