Siempre tuve las respuestas que buscabas,
debo confesarlo. Lamentablemente, soy un cobarde.
No puedo mirarte a los ojos, pues me conoces,
y sabes cuando estoy mintiendo.
Aquel día me lo dijiste, sabías que mentía,
que te ocultaba cosas, y preguntabas bien.
Pero respondí mal, e intenté escapar con más mentiras.
Llevo mucho tiempo mintiendo, y para mi mala fortuna,
lo que diga hoy día no tiene validez.
No importa qué argumente, ya no hay modo alguno
en que puedas confiar en mis respuestas.
Todas serán puestas a prueba, y me lo he ganado.
Por eso es que he huído, por eso cerré las puertas.
Porque me conoces mejor que yo mismo,
y la cara que ese espejo me demuestra
es demasiado difícil de soportar.
Tengo la conciencia sucia.
Tengo tus lágrimas hinchadas en mi pecho.
Te tengo cargando las consecuencias de mis actos.
Me mantengo irresponsablemente callado.
Porque te traicioné una vez en actos,
y me he mantenido traicioneramente callado,
durante mucho tiempo, más de lo esperado.
Comprendo que incluso si confieso,
no me creas nada, perdí para siempre tu confianza.
Pero no necesitas confiar en mí para enterarte.
Si te miento o te dgo la verdad,
sabrás verlo en mis ojos,
porque a pesar de todo,
siempre te anticipas, me conoces demasiado,
sólo necesitas saber preguntar,
y en mis respuestas, falsas o sinceras,
encontrarás la verdad que me has solicitado.
Erik S.G.P.
-29-VII-'08-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario