viernes, mayo 01, 2009

Tres razones

Terminábamos el desayuno, salí al patio a fumar un cigarrillo y me ví obligado a apagarlo antes de haber carbonizado la mitad siquiera. La presión empezó a disminuír y pronto estaba recostado en cama. Me despertó con una caricia en el cabello, le hice un hueco, quiso leer a Lovecraft y descansé mis sienes sobre su abdomen. Pronto el movimiento de sus piernas y sus caderas me despertaron y no hubo más remedio que desnudarnos. Ya de vuelta al mundo real, recordé que antes de subir a recostarme iba a cerrar el desayuno con una buena taza de café. Le pregunté si ella había tomado algo y me contestó afirmativamente. Le pregunté entonces por qué demonios no había tenido la atención de subir un poco del negro elixir para su vasodilatado amante. Me dijo entonces haber consultado con mi primo si en realidad era yo tan consentido como lo había confesado la noche anterior. Mi primo entonces contestó también afirmativamente, aún preguntándose cuál sería la causa de mi natural padecimiento. A ella entonces se le ocurrió que tal vez hubiese tres razones favorables a mi permanente holgazanería. 1. Vivimos en una sociedad machista; 2. Soy el primogénito; 3. Soy hombre. Ahora resulta que hasta el Cosmos está podridamente a favor de los mandatos de género... ¡Quiero un café!

Erik S.G.P.
-1-V-'09-

1 comentario:

*Marianita* dijo...

a ti te hubieran dicho eso de "¿quieres un café mi vida?...


¡¡¡PUES SÍRVETELOOO!!!"

Si me buscas me encuentras...