miércoles, julio 11, 2012

Destino Implacable

Observándote a distancia durante tanto tiempo,
poco más de un año esperando agazapado
detrás del humo del cigarro y el vapor del café,
preguntándome en silencio sobre el misterio en tus ojos.

Tratando de llenarme los pulmones de valor
todas aquellas mañanas antes de presentarme,
acumulando fuerzas para atreverme por fin
a preguntarte tu nombre, ¡y qué júbilo sentí!

El destino un día me hizo evaporarme
y tu nombre quedó grabado en mi ser.
El tiempo me obligó a consolarme
soñando con volverte a ver...

Un día ese mismo destino implacable
sin piedad me arrojó frente a ti, a tus pies,
para verte reír unos días dichosos y plenos,
y aspirar el dulce aroma en tu suave piel.

Pude entonces saber más de ti, de tu vida,
de tus sueños, pasiones, tus dichas y miedos,
del dolor que sufriste algún día en el pasado,
y la fuerza que siempre te empujó a levantarte.

Y fue tanta la dicha y la gloria de verte,
de tocarte y sentirte clavada en mi pecho
de escuchar tus palabras que marcaban mi ser
que la euforia cegó mi buen juicio nublando mi mente,

llevándome sin percatarme a quererte,
a buscarte con tanta ansiedad y premura,
para hallar en el cielo nocturno y tus ojos cerúleos
la esperanza, la dicha y un poco de serenidad...

Erik S.G.P.
-11-VII-'12-

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