Hoy entré al Reclusorio Norte de la Ciudad de México. Estuve dentro solamente dos horas y media. No tuve acceso al área de los dormitorios, ni los comedores, ni los patios. Nuestro acceso estaba restringido al Auditorio. Dos horas en el auditorio, respirando el mismo aire que los internos, hombro con hombro. No tengo palabras para describir la experiencia. el respeto que nos mostraron, la gratitud que manifestaron por las películas y la folletería que les llevamos me dejaron sin habla. Una realidad fuera de cualquier contexto que fuese cercano a mí, no había modo de prepararse psicológicamente ni emocionalmente para enfrentar esa realidad. Insisto, no tengo palabras para describirlo, sólo sé que mi umbral del dolor y el sufrimiento se queda corto, tan corto...
miércoles, agosto 06, 2008
Rápida visita al Reclusorio Norte
Hoy entré al Reclusorio Norte de la Ciudad de México. Estuve dentro solamente dos horas y media. No tuve acceso al área de los dormitorios, ni los comedores, ni los patios. Nuestro acceso estaba restringido al Auditorio. Dos horas en el auditorio, respirando el mismo aire que los internos, hombro con hombro. No tengo palabras para describir la experiencia. el respeto que nos mostraron, la gratitud que manifestaron por las películas y la folletería que les llevamos me dejaron sin habla. Una realidad fuera de cualquier contexto que fuese cercano a mí, no había modo de prepararse psicológicamente ni emocionalmente para enfrentar esa realidad. Insisto, no tengo palabras para describirlo, sólo sé que mi umbral del dolor y el sufrimiento se queda corto, tan corto...
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Si me buscas me encuentras...

1 comentario:
¡oooh, cuéntame más!
¿qué películas y folletos llevaban?
qué viste? cómo los viste? qué decían?
¿qué sentiste al salir de ahí? porque no creo que seas el mismo una vez fuera.
qué rápido te cambia la vida, ¿no?
aunque hay otros que por más vida que pase, no cambian.
saluditos
Publicar un comentario