Desde ayer, desde siempre,
desde hace un mes, desde noviembre...
Desde tu Cumpleaños y también en el mío.
Te extrañé en algunos viajes,
en ciertas fiestas y reuniones,
en muchas flores de primavera,
en las lluvias de verano...
No te extrañé nada ni el veintiocho
ni el veintinueve de diciembre del dos mil siete,
te extrañé tanto todos los días siguientes...
Extraño tu rostro envuelto en llamas
gritándome a los ojos que eres mucho más
que tan sólo una cara bonita.
Extraño de muerte tu avidez por la vida
y tus desquiciadas palabras de coherencia
siempre como entre tres y cuatro de la mañana.
Extraño tus mordidas entre carcajadas
y cuando juegas a ser fuente que escupe cerveza
bailando entre gente que te adora y admira.
Extraño que seas el centro del Universo
cada fin de semana, cuarenta y ocho horas,
todo el mes y la semana, toda la vida.
Extraño tus regaños y replanteamientos
sobre teorías viejas y arcaicas
tan dogmáticas y llenas de anacronía.
Extraño tus cabellos, tus ojos,
tus ansiedades y tu risa, pero sobre todo,
extraño tanto que seas mi gran amiga.
No tengo mi extrañómetro a la mano,
me dijo un relojero que no tiene remedio,
y ya no los hacen, según son arcaicos instrumentos...
A mí también me extraña todavía extrañarte,
sobre todo cuando me arriesgo
y marco tu número inútilmente.
Pero prefiero extrañarte y soñarte,
pretender charlar contigo en vagos recuerdos,
a perderte para siempre mientras vivas.
Erik S.G.P.
-3-IX-'08-
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